Calla tu mente

¿Tu mente habla habla habla y nunca se calla? En esta carta te cuento cómo puedes calmar tu mente con un efectivo ejercicio de escritura. Aprende a transformar pensamientos negativos en positivos y a aprovechar el poder de tu mente para mejorar tu bienestar emocional.

¡Hola, mi querido suscriptor!

¡Espero que estés teniendo un excelente día!

¿No te ha pasado que de repente estás platicando con alguien y dejas de escuchar lo que te dice por andar pensando en otras cosas?, así que te pierdes del chisme y luego te quedas con la duda de ¡¿qué me dijo?! A mí me pasa todo el tiempo.

O cuando estás haciendo ejercicio y tu mente empieza a bombardearte con pensamientos de todo tipo, y terminas perdiendo la cuenta de las repeticiones. ¡Qué desastre!

La gente le llama “La loca de la casa”, y vaya que le queda bien el nombre. A veces nos hace pensar cada barbaridad y nos imaginamos cosas que no son. Nos juega sucio, convirtiendo nuestros pensamientos en irrealidades. Sí, irrealidades, porque nos hace creer mentiras como si fueran verdad.

Imagínate esto: piensas que una amiga está enojada contigo porque no te respondió un mensaje. Tu mente inventa al menos diez razones para justificarlo, pero la verdad es que ella leyó el mensaje y simplemente se le olvidó responder porque estaba preparando un delicioso pastel.

La mente es súper poderosa. Siempre he dicho, “la mente manda al cuerpo”, “la mente manda todo”. Y es verdad, la mente es increíble. Dicen que lo que uno piensa lo atrae, pero yo te digo que eso no es del todo cierto. Para atraer algo, necesitas sentirlo. Si no, ¡todos seríamos millonarios!

Hay una conexión profunda entre la mente y los sentimientos. Es el sentimiento el que le da vitalidad al pensamiento. Aquello a lo que prestamos atención, le damos nuestra energía y, por ende, lo creamos. Es un ciclo: la mente nos hace sentir según lo que pensamos. Si piensas en cosas tristes, te sientes triste. Si piensas en alguien que te hizo enojar, en automático te pones de malas de nuevo y ¡hasta la voz te cambia!

Rhonda Byrne en su libro “El Secreto” dice que podemos tener todo lo que deseamos con solo pensarlo y sentirlo. Con la mente podemos:

  • Aliviar enfermedades: Somos nuestro propio placebo.

  • Mejorar en el ejercicio: Podemos aguantar una repetición más.

  • Aumentar nuestra creatividad: Podemos encontrar soluciones a problemas que nos parecían imposibles.

  • Atraer cosas positivas: Al enfocar nuestra mente en lo bueno, atraemos más cosas buenas.

  • Mejorar nuestras relaciones: Al cambiar nuestra actitud mental, mejoramos nuestras interacciones con los demás.

  • Mejorar la calidad del sueño: Enfocarnos en pensamientos relajantes antes de dormir puede ayudarnos a descansar mejor.

  • Aumentar nuestra confianza: Al cambiar nuestros pensamientos negativos por afirmaciones positivas, podemos fortalecer nuestra autoestima.

Pero, ¿qué pasa? Es mucho más sencillo tener pensamientos que nos pongan el pie, que nos hagan sentir menos, tristes, enojados, inseguros, con miedos y dudas, que tener pensamientos de gratitud y felicidad.

Nuestra mente nos lleva a otros tiempos, y para volver al presente solo necesitamos “¡recuerda recordar!”, es decir, pregúntate: ¿qué estoy pensando ahora? ¿qué estoy sintiendo ahora? Con esto, volverás a ser consciente y estar presente.

Callar la mente es difícil, pero no imposible. Cada vez que “La loca de la casa” empiece a hablar sin parar, no puedes simplemente decirle que se calle; necesitas algo que la mantenga ocupada y a la vez tranquila. Aquí es donde entra la práctica de la escritura. Prueba el siguiente ejercicio, ¡te aseguro que te calmará!

Ejercicio para calmar la mente:

1. Cuando te sientas abrumado por tus pensamientos, no te puedas concentrar, pienses en mil cosas o no encuentres una solución, toma una hoja de papel y una pluma.

2. Escribe todo lo que estés pensando y cómo te sientes. No dejes de escribir, así tengas que escribir muy rápido e ilegible.

3. Luego, lee lo que escribiste y, en otra hoja, vuelve a escribir tus pensamientos y sentimientos, pero de forma lenta, legible y con letras más grandes a la que normalmente la haces.

4. No te olvides de respira profundamente.

5. Relee tus pensamientos, tacha los que no tienen sentido y enfócate en los que tienen razón de ser.

6. Finalmente, escribe estos últimos pensamientos de nuevo, con el mismo estilo lento y legible, pero ahora dales un enfoque positivo. Añade también cómo te sientes con este nuevo enfoque.

Te doy un ejemplo:

Pensamiento: "Hoy cometí un error en mi trabajo, mañana lo tendré que volver a hacer y además se me acumulará más trabajo."

Transformación positiva: "Estoy aprendiendo y mejorando cada día en mi trabajo. Los errores son oportunidades para crecer, además, no es el fin de mi trabajo ni del mundo."

Con práctica, tu mente, se acostumbrará a este nuevo enfoque más positivo y enfocado. Así, en lugar de ser una fuente constante de distracción, tu mente puede convertirse en una herramienta poderosa y de tranquilidad.

Recuerda que cuando piensas y sientes, emites una frecuencia que atrae lo que vibra en esa misma frecuencia. Por eso, si piensas y sientes positivamente, te sentirás feliz y atraerás más cosas que te harán feliz. La energía fluye hacia donde va tu atención.

Para cambiar cualquier cosa, reclúyete en tu interior y emite una nueva señal con tus pensamientos. Todo el poder procede del interior y, por lo tanto, está bajo tu control. Tus pensamientos y sentimientos deben estar conectados.

Y por último… Las emociones son valiosas herramientas que nos dicen al instante lo que estamos pensando.

P.D. ¡Gracias por ser parte de Salud con Letras! Y recuerda...

¡Porque escribir es sentir!

¡Hasta pronto!

17 de Junio de 2024

ATENTAMENTE

Salud con Letras